La Punta ya dejó de ser una “ciudad-dormitorio” y se perfila como un destino turístico importante, aseguró ayer el actual intendente de esa ciudad y senador provincial electo, Martín Olivero. En una entrevista con Radio CNN San Luis, el funcionario que gobernó durante dos mandatos recordó los primeros años, en que era dificultoso vivir en esa población, la más nueva de la provincia, ubicada trece kilómetros al norte de la capital.
– Queríamos hacer un balance de estos ocho años de gestión ¿Qué era La Punta en 2015, cuando asumiste como intendente, y qué es ahora la ciudad cuando estás dejando la intendencia?
En estos ocho años en que me tocó el honor de ser intendente, La Punta fue cambiando. Al principio –yo vivo en esta ciudad desde 2007– era casi un castigo venir a vivir aquí, donde el clima realmente no se aguantaba, donde los servicios municipales prácticamente no existían; ahora es una ciudad consolidada, con los comercios muy pujantes, con una vida comercial muy separada de la ciudad de San Luis, cuando antes éramos prácticamente una ‘ciudad- dormitorio’ y hoy tenemos cierta independencia con la ciudad capital. Es una ciudad que fue creciendo, se fue desarrollando, se fue instalando a nivel provincial y nacional, donde creció el turismo. Seguramente me habré equivocado muchas veces en la gestión, pero es una ciudad que se desarrolló y cambió. Uno cuando ingresa a La Punta ve un cambio notorio desde aquel 2015 a lo que es hoy. Entonces, como dirigente político, pero sobre todo como vecino, porque yo tengo mi vida aquí y mis hijos van a la escuela en La Punta, realmente estoy muy contento de vivir en esta ciudad. Hoy cuenta con todos los servicios, está mucho más forestada, mucho más agradable para vivir, a diferencia de los primeros años, que fueron muy duros.
Me voy contento de haber sido intendente de mi ciudad, de las cosas que hicimos, de la obra que trajimos e hicimos, y de todo lo que se desarrolló La Punta en estos ocho años de mi gobierno.
– ¿Cuál es el norte de desarrollo de la ciudad de La Punta?
La Punta está llamada a ser una ciudad turística por excelencia. Tenemos la suerte de que está ubicada al pie de las Sierras Centrales de San Luis, tenemos un paisaje hermoso, tenemos plaza hotelera muy importante, como son el hotel de La Recova y el Epic, pero además tenemos plaza de cabañas que está en constante crecimiento, un balneario muy lindo y toda la inversión privada que se está asentando en gastronomía y hotelería. Creo que el Estado está haciendo una fuerte inversión y los privados también. Y el turismo crea una enorme mano de obra. Uno lo ve con los fines de semana largo que se han dado en la Argentina, cómo dinamiza la economía de una ciudad chica como La Punta, con la cantidad de visitantes que vienen a nuestra ciudad. No tengo ninguna duda que el norte es estrictamente turístico.
– ¿Qué sentís que te quedó pendiente?
Bueno, muchas cosas. Me hubiera gustado hacer, en obras públicas, muchas cuadras más, llevar el gas natural, pese a que no es una obra municipal, a las viviendas 600, 900, 74, 100, 26, que son las últimas viviendas que se construyeron durante la gestión del electo gobernador Claudio Poggi y que los vecinos no tienen ese vital elemento. Pero no tengo dudas de que en la gestión de Claudio se va a poder concretar ese anhelado sueño que es llevar el gas natural a más de 1850 viviendas. Pero las obras se han podido hacer, me hubiera gustado hacer más, pero los recursos siempre son finitos, más en un municipio de San Luis, donde la coparticipación no alcanza y donde uno tuvo la mala suerte de tener un gobierno provincial opositor al gobierno municipal.
– Abordar el contexto político en el que le tocó gobernar su ciudad durante dos mandatos llevó a Olivero a hacer una valoración de la calidad del sistema institucional provincial en los últimos ocho años
Todos sabemos la calidad del gobierno de Alberto Rodríguez Saá, que está lejos de ser un gobierno que respeta las instituciones, que respeta a los municipios, las autonomías, sino todo lo contrario. Los vecinos estuvimos castigados ocho años por no haber votado a quien quería Alberto José Rodríguez Saá. Entonces no pudimos concretar muchos sueños, pero bueno, eso es parte de la historia y de la política. Yo creo que el San Luis que viene va a ser mucho más democrático y republicano, con mucho más consenso y diálogo entre las autoridades nacionales, provinciales y municipales, que es lo que la gente quiere y necesita, ni más ni menos.
En San Luis durante mucho tiempo fue lo contrario. En otras provincias no lo pueden creer cuando uno cuenta que el gobernador iba a su pueblo, como ha hecho muy pocas veces con La Punta, y no se lo invitaba al intendente. Acá lo aceptábamos como si fuera lo normal y la verdad es que eso es lo anormal. Lo normal tendría que ser que se respetaran las relaciones institucionales, pero los años de Rodríguez Saá fueron muy nefastos.
– Martín, ha sido un año muy politizado, tuvimos elecciones el 11 de junio, el 12 de agosto, en octubre y luego un balotaje ¿cuál creés que ha sido el mensaje en las urnas?
El mensaje fue de cambio, de hartazgo. Ya sea en junio, cuando eligió al gobernador Poggi, como en las PASO, en las generales y en el balotaje, la gente votó un cambio, la gente no estaba conforme, la está pasando mal, necesitaba un cambio, en el orden provincial y en el nacional.
Después uno puede hacer un análisis de qué votó, por qué voto, cuáles fueron los motivos que llevaron a los argentinos a votar un cambio tan radical. Piensen que el presidente electo hasta hace cuatro años era un desconocido y no tenía ningún tipo de partido político instalado para afrontar una campaña presidencial. No tiene ningún intendente, ningún gobernador, y escasos legisladores nacionales.
Sin embargo, la gente le dio el apoyo en forma masiva, buscando un cambio de lo que se viene dando hasta ahora. Y espero, pese a que no comulgo con las políticas o con el pensamiento ideológico de Milei, que le vaya bien al presidente, porque si le va bien nos va a ir bien a todos los argentinos. Creo que la gente votó eso en junio con Claudio Poggi y ahora con Milei para presidente: un cambio.
– ¿Nos trazás un perfil de Luciano Ayala, el nuevo intendente de la ciudad de La Punta?
Luciano es un gran trabajador. Me acompañó en estos ocho años, primero fue secretario de Deportes, después fue presidente del Concejo Deliberante, ahora es secretario de Trabajo y Producción de la ciudad de La Punta. Sabe formar equipos, que se deja ayudar y sabe escuchar.
Creo que para los dirigentes políticos se viene el momento de saber escuchar, no hablar tanto sino escuchar qué quiere el vecino, la gente, qué nos exige la ciudadanía como dirigentes políticos.
No tengo dudas de que Luciano, con su impronta y su equipo de trabajo, va a continuar en esta senda de progreso que tiene La Punta y va a hacer los cambios que tenga que hacer y necesite la municipalidad. No tengo dudas de que le va a ir muy bien.
– Estuviste ocho años en la tarea ejecutiva, también tenés experiencia en el Ejecutivo provincial como ministro. Este va a ser tu primer desafío legislativo como senador provincial por el Departamento Pueyrredón ¿Cómo te lo imaginás?
La verdad es que estoy muy ansioso, muy entusiasmado con este nuevo trabajo. No tengo experiencia legislativa, siempre estuve en el Ejecutivo, ya sea el provincial o el municipal, los tiempos de trabajo legislativo son distintos.
En los últimos ocho años estuve en la trinchera. El municipio es un lugar muy desgastante, donde tenés muchísima exposición, les tenés que dar solución inmediata a los vecinos. A partir del jueves voy a tener otro trabajo, que va a ser confeccionar las leyes, acompañar los proyectos que mande el Ejecutivo; pero también es un trabajo importante, es mucho menos intenso que la labor ejecutiva, con mucha menos exposición pública, pero también muy relevante en cuanto a que se viene una nueva política en San Luis con consenso, con diálogo.
Uno va a llegar al Senado provincial con la ilusión de que el Senado se convierta en la institución que la Constitución dice que tiene que ser, un recinto de diálogo, de acuerdo y de creación de leyes para mejorarle la vida a la gente, no de escribanía de gobierno como fue en los últimos años de Rodríguez Saá.
En el Senado los últimos años lo único que se votaba era lo que mandaba Rodríguez Saá desde el Ejecutivo, y lo votaban a mano alzada sin discutir absolutamente nada. Si alguien cree que los senadores en el último año elaboraron algún tipo de ley está totalmente equivocado, lo único que se aprobó entre gallos y medianoche fue lo que mandaba el gobernador.
Esas son las cosas que en el nuevo San Luis hay que ir cambiando. Estoy muy entusiasmado que voy a ser parte de este nuevo Senado, ya sea como oficialistas u opositores, tendremos que discutir leyes que le mejoren la calidad de vida a la gente. Y no leyes para crear cargos y aguantaderos de funcionarios que se van porque perdieron una elección.
– El análisis de la realidad institucional de la provincia desembocó en lo que el senador electo califica como “una vergüenza”.
Lo que pasó en el Senado la semana pasada es una vergüenza, una vergüenza pocas veces vista. La senadora a la que voy a reemplazar (María Angélica Torrontegui), a la que le gané la elección el 11 de junio, que ya lleva más de 16 años en el Senado, como ahora lo deja, se autonombra prosecretaria legislativa.
Además, nombró a su hija, a su hijo. El vicegobernador (Eduardo Mones Ruiz) se autonombra asesor del Senado, el senador (Daniel) Camilli, de Pringles, que se va, se nombra él (en otro cargo), a la novia y al hermano.
Es decir, realmente la ciudadanía no quiere eso, vota otra cosa, y necesita otra cosa de los dirigentes políticos. Y eso es lo que se viene a partir del 10 de diciembre.
Lo de la semana pasada en el Senado es una vergüenza para propios y ajenos. Para propios también porque a la militancia de su propio partido político le genera indignación ver que la única contención que tienen es para los mismos de siempre. Ni hablar para la ciudadanía común, que ve que esta gente sigue cobrando un millón de pesos por cuatro años más sin trabajar.