Fue en un segundo. La mujer, una turista proveniente de Salta sacó su celular para tomar una foto de una de las imágenes religiosas que se ubican dentro del histórico templo. Al ser advertida que había personas que no eran parte de la delegación lo guardó, pero al retirarse se dio cuenta que ya no lo tenía.
Según explicaron las mujeres, todas oriundas de la provincia de Salta, ellas estaban recorriendo la iglesia y les habían comunicado que no debían tomar imágenes, pero observaron que había otras personas que si lo hacían.
Fue en esos momento de confusión que decidieron guardar los equipos en los bolsillos de las camperas, pero instantes después se dieron cuenta que a una de ellas se lo habían sustraído.
“Es una pena porque tengo en el teléfono todos los recuerdos de este viaje. Fue en segundos y el manoteo fue cuando estábamos adentro y todas juntas. Estábamos en la casa de Dios y no creíamos que aquí nos podía pasar”, señaló una de las mujeres a la periodista Ayelén Britos de Amanecer Informados.
